jueves, 13 de febrero de 2014

Vender es cosa de Newton




Hay una delgada línea, casi imperceptible, que separa el buen gusto de lo que no lo es. Que divide a la mujer elegante y sensual, de la burda y sexualmente explícita. Y en estos tiempos donde las mujeres parecen necesitar exponerse hasta el ridículo por un poco de atención; sino pregúntenle a nuestra querida Miley ex-niña-Disney Cyrus. El lado de la balanza de la sexualidad empieza a adquirir mayor peso.


Helmut Newton ya lo demostraba, hace rato, el sexo vende, y lo que es aún más importante, el sexo compra. No importa en qué forma, ni con que matices, una mujer gritando “Sexo” siempre va a vender más que una no haciéndolo. Porque los hombre quieren mujeres así, y las mujeres quieren sentirse así -por más que en público se tapen los ojos horrorizadas-. Y en este mundo, muchas veces lo que importa es sólo lo de afuera.

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