domingo, 9 de marzo de 2014

De Fallas y Descubrimientos


De repente sentís un tintineo en la cabeza que te dice algo no anda bien, es como cuando algo no te cierra en tu vestuario. Y sabes que hay algo que está mal, no sabes si porque sobra algún elemento, o porque falta algo, o porque algo no encaja con el resto de las cosas. 

Enfocas tu atención en deducir que esta funcionando mal y no lo encontras. Quizás cambias el pañuelo, los aritos, la cartera o la camisa, pero sigue sin gustarte, porque sabes que hay algo más allá que estas obviando.


Te resignas, salís de tu casa como estas y pensás que tampoco sos un desastre, que nadie va a señalarte con el dedo y burlarse de vos. Que podés vivir con eso, con esa falla que te está consumiendo. Y empezás tu día, vas al trabajo, transcurre la mañana, almorzas, y cuando estas volviendo de comer, te das cuenta que era lo que fallaba. Puede ser una tontería o algo de mayor relevancia; lo que importa es que una vez que te das cuenta ya no podes volver atrás. 

Eso mismo pasa en la vida, y eso mismo pasa cuando de repente nos damos cuenta que era lo que fallaba de aquel u aquel otro asunto, todo parece cobrar sentido y ya no hay manera de pasarlo por alto.

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